Una buena dosis de creatividad con María Rufilanchas

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Charlamos con María Rufilanchas la directora creativa  🧠✍🏻que convirtió la palabra molaría en su seña de identidad.

¿Qué es para ti la inspiración y qué o quién te inspira?

Holiiii. El juego, el lenguaje, las ideas, la poesía, el humor, lo invisible, lo escondido, lo inesperado (lo que produce en el cerebro, ese cosquilleo), observar, aprender, sorprender(se); escapar. 

 

¿Cómo llevas a cabo el proceso creativo cuando te entra un nuevo proyecto?

Depende de si requiere esfuerzo intelectual o es más mecánico, de si es grande o pequeño, de si hay tiempo o no, de si el encargo es una campaña, un nombre, un cuento, un guion, molarías, un manifiesto o contenido digital. A veces suena la flauta a la primera y a veces a la quinta; es divertidísimo no saberlo. Pero en cualquier caso, el proceso es siempre el mismo: interiorizar el brief, empaparse de información sobre la marca, producto o servicio, entender bien lo que piden, tener claros los objetivos y dejar todo en manos del cerebro y el azar. 
 
    

¿Por qué decidiste hacer de la palabra molaría tu seña de identidad?

Puede sonar a cliché pero lo decidió ella sola. Es una larga historia, ¿tienes tiempo?, ¿te apetece un vino? Tengo que presentarte a Borch.


Borch, Borja de Arteaga para los clientes: un personaje, muy gracioso, muy brillante, muy conceptual, muy perfeccionista, muy esteta, muy humilde, muy currante, muy macarra, muy único, pero sobre todo, muy buena gente. Borch, un golpe de suerte. Aprendí muchísimo de él y con él. Nos conocimos en el año 2000 en una agencia de publicidad cuando nos pusieron a trabajar juntas, director de arte + copywriter, estábamos empezando, nos enamoramos (profesionalmente hablando) y de esa agencia pasamos a otra y a otra y a otra y no conseguimos estar a gusto en ninguna. 


En 2007 decidimos renunciar a un sueldaco, independizarnos y seguir trabajando para ellas pero de otra manera. Entonces apenas había freelances creativos. Y nos empezó a ir bien. Éramos más libres, sobre todo por las noches y los fines de semana. Podíamos elegir en qué proyectos meternos y en cuáles no y trabajar en casa. Vivir. El tiempo era por fin nuestro. 


Una noche de julio, en un concierto de Björk en la Plaza de las Ventas, aterrizó molaría en mi cabeza, sin más, como una mosca en la oreja de una vaca. No recuerdo qué canción sonaba pero sí que empezaban a verse más linternas de móvil que mecheros y que visualicé la papelería: molaría trabajar juntos en las tarjetas de visita, molaría que no nos pagaras a 90 días en la factura; daba mucho juego. Al día siguiente lo compartí con Borch, nos pusimos a desarrollarlo bien y, como hacía con todo, lo mejoró. Björk, Borch. Ahí lo dejo.

 

 
          

En las fotos, dos sellos fruto de la colaboración Molaría x Selloa. De izquierda a derecha, ex-libris estampado con mensaje y sello para envoltorio de paquetes.

Diseñamos la identidad visual y verbal, alquilamos una oficina enana y en septiembre abrimos una Fan Page en Facebook para mostrar trabajo y compartir molarías. Igual que la crisis, Facebook justo arrancaba en España. Era la época dulce y amable de los grupos de Señoras Que, qué risa, no existía el odio, qué tiempos, molaría que volvieran. 


Conseguimos hacer ruido y atraer gente increíble (Natalia Mirapeix, Ales Santos), pero no sacarnos un sueldo digno porque en esa época los clientes no estaban en Facebook (quedaban muchos años para eso y para las colaboraciones pagadas), nos gustaba mucho pensar ideas y molarías pero muy poco salir a venderlas o a buscar clientes, el new business, o el business, directamente, nunca fue lo nuestro (sigue sin serlo). Y Borch tenía dos criaturas. Y un sueldazo que recuperar.


Así que en 2011 decidió emigrar con su familia a Suiza y buscar curro fijo allí de director de arte en una agencia. Me tocó decidir si cerraba molaría y volvía a una agencia o seguía sola. Acerté. Empecé a coger trabajo solo de copy. En 2017, Paseo rediseñó la identidad, abrí un perfil de Instagram y hasta hoy. Con el tiempo, y gracias a teta & teta, he descubierto la creatividad con impacto social y te juro que estoy en mi salsa.


Total, que ya ves, aunque parece una cuenta de Instagram, molaría nació hace 14 años, madre mía. Nuestra peor y nuestra mejor idea.

¿Cuáles son tus frases favoritas?

¡Mejor elige tú! Mil gracias, Julia y Javier    

 

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